El pedo del vasco

En una noche tranquila en un caserío cerca de Bilbao, se oye un enorme pedo.El hijo pregunta:-Padre, has sido tu?-Si, hijo mío, he sido yo.-Ya, ya me parecía mucho pa la mula!!

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Vascos ligan con francesas

Estaban dos vascos de pueblo en el campo, cuando de repente se les acercan dos francesas y les dicen:– ¿Ustedes querer follar?Y dice uno de los vascos:– Ostia Pachi que estas quieren echar un quiqui.Se van a acercar a las francesas y les dice una sacando un preservativo:– No, no

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Un andaluz en una farmacia de Bilbao

Entra un andaluz en una farmacia de Bilbao:– Hola, buenos días. Me da una aspirinita…– Qué leche aspirinita, chaval. Aquí una Aspirinota y te la llevas rodando pues…– (Joer…) Bueno, vale y me da también un jarabito…– Pero ¿qué dices?. En la farmacia del Patxi un Jarabote en garrafa y

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Catalán donante de sangre

Esto es un catalán que esta escuchando la radio y decide acudir a una llamada de auxilio para un hombre que ha tenido un accidente, y que necesita un donante de sangre.El hombre que necesitaba la transfusion es un andaluz, que agradecido por salvarle la vida, le regala un cortijo

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Saludable

– Soy una persona muy saludable.– ¿Haces mucho deporte y comes sano?– No. Es que la gente me saluda por la calle y yo… pues les devuelvo el saludo.

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Pedrito el multimillonario

Un multimillonario de 65 años se enamora de una chica de 25 años. Como se quiere casar con ella, pregunta a un amigo: – Manolo, ¿tu crees que si la digo que tengo 45 años querra casarse conmigo? – Querido Pedro, es más probable que acepte si le dices que tienes 90.

Leprosos

Dos leprosos caminan tristemente por un bosque. Le dice uno al otro: – Hace ya tanto tiempo que no hecho un polvo que ni me acuerdo, y lo peor es que no tenemos esperanza de que una mujer se acerque a nosotros en nuestro estado. El otro asiente y dice: – Es verdad. Pero oye. Y si tu y yo… Mira, no tenemos nada que perder. Ya se que no es lo mismo, pero se le parece. – Tu crees? – Tu te agachas y yo te la meto. Y luego al revés. Dicho y echo. Y en ello estaban cuando les descubrió un grupo de personas. El que estaba agachado se asusta y se endereza. El otro que ya estaba apunto trata de pararlo sujetandole por las orejas, pero no logra evitarlo y ve asombrado como su compañero sale corriendo dejandole con las manos en alto y las orejas en ellas. La gente que le ve en esa pose le comenta: – Que maestro, buena faena. Se queda con las dos orejas. A lo que el leproso responde: – Mejor debió hacerla el que corre. Se ha llevado el rabo.