El pedo del vasco

En una noche tranquila en un caserío cerca de Bilbao, se oye un enorme pedo.El hijo pregunta:-Padre, has sido tu?-Si, hijo mío, he sido yo.-Ya, ya me parecía mucho pa la mula!!

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Vascos ligan con francesas

Estaban dos vascos de pueblo en el campo, cuando de repente se les acercan dos francesas y les dicen:– ¿Ustedes querer follar?Y dice uno de los vascos:– Ostia Pachi que estas quieren echar un quiqui.Se van a acercar a las francesas y les dice una sacando un preservativo:– No, no

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Un andaluz en una farmacia de Bilbao

Entra un andaluz en una farmacia de Bilbao:– Hola, buenos días. Me da una aspirinita…– Qué leche aspirinita, chaval. Aquí una Aspirinota y te la llevas rodando pues…– (Joer…) Bueno, vale y me da también un jarabito…– Pero ¿qué dices?. En la farmacia del Patxi un Jarabote en garrafa y

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Catalán donante de sangre

Esto es un catalán que esta escuchando la radio y decide acudir a una llamada de auxilio para un hombre que ha tenido un accidente, y que necesita un donante de sangre.El hombre que necesitaba la transfusion es un andaluz, que agradecido por salvarle la vida, le regala un cortijo

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Saludable

– Soy una persona muy saludable.– ¿Haces mucho deporte y comes sano?– No. Es que la gente me saluda por la calle y yo… pues les devuelvo el saludo.

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Romeo y Julieta

Estaban Romeo y Julieta en una noche muy romántica, con luna y en un lugar muy alejado y privado y mantenían la siguiente conversación: Julieta: Romeo ¿no quisieras que coja tu miembro con mis manos y lo acaricie a él y a tus bolitas, para que sientas placeres enormes? Romeo: ¡Como se te ocurre, amada mía! ,¿Cómo vas a usar esas manos tan puras para algo así? No, no, de ninguna manera. Julieta: Romeo, amor mío, ¿no quisieras que coja ese miembro tan varonil, y lo ponga entre mis piernas o entre mis senos, y te haga llegar a niveles de placer jamás alcanzados por humano alguno? Romeo: ¡Jamás!, nunca permitiría que esas partes tan tuyas, tan blancas y sin mancha, puedan ser tocadas por esa parte tan sucia de mi cuerpo. No, dueña mía, ¡jamás! Julieta: ¡Ay, amado mío!, ¿No quisieras entonces introducir ese gran pedazo de carne tuya, dentro de mi boca y que con esto, logre estremecer tu cuerpo y alma con tiernas y locas caricias? Romeo: ¡Nunca jamás!, no puedo pensarlo siquiera, que mi miembro varonil toque esa boca tuya que solo dice cosas hermosas y canta a viva voz tu amor por mi. Julieta: Bueno

Baile de oficiales

En el baile de oficiales del cuartel un joven capitan a la esposa del general: – Me permite sacarla, Señora? – De acuerdo, pero antes bailemos un rato…