Humorista malo

Un humorista terriblemente malo, al que cada vez va menos gente a ver, sale al escenario y encuentra a una sola persona:
– Aunque sólo esté usted, tengo por seguro que yo pondré el mismo entuasiasmo en mi actuación.
– Bueno, bueno, pero esmérese, que al acabar tengo que limpiar el escenario.

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