Un hombre conoció una linda mujer y decidió casarse con ella inmediatamente.
-Ella le dice: – Pero no sabemos nada uno del otro…
-El respondió: – No hay problema, nos conoceremos con el tiempo.
Ella aceptó. Se casaron y fueron a pasar la luna de miel a un lujoso resort.
Cierta mañana, estaban ambos recostados junto a la piscina, cuando él se levantó, subió al trampolín de 10 metros realizó una perfecta demostración de todos los saltos que existen y regresó junto a la esposa.
Ella le dice: – Eso fue increíble!
– Fui campeón olímpico de saltos ornamentales. Te dije que nos conoceríamos con el tiempo- respondió él.
En eso, ella se levanta, entra en la piscina y comienza a nadar, ida y vuelta con impresionante velocidad. Después de 40 piletas, sale y se va a recostar junto al marido, sin demostrar ningún cansancio.
El dice: – Estoy sorprendido! , ¿fuiste nadadora olímpica?
-No, – explicó la dama – fui prostituta en Venecia y atendía a domicilio