Caballo favorito

Una mañana, estaba un señor tranquilamente sentado leyendo su periódico y desayunando cuando su esposa se desliza silenciosamente atrás de él y le voltea un sartenazo: Mocos!!!!
Le dice él, sobándose la cabeza – ¿qué te pasa idiota?
La esposa: – A ver, grandísimo cabrón,¿Qué es este pedazo de papel en la bolsa de tus pantalones con el nombre de Marilú escrito en él?, eh?, eh?
hijo de la chin…¡¡¡¡¡¡
El: – Mi amor, ¿no te acuerdas que hace dos semanas fui a las carreras de caballos?, pues Marilú es el nombre de uno de los caballos a los que les aposté.
La esposa se ve toda satisfecha y se va a continuar su trabajo en la casa.

Tres días después, una vez mas esta el hombre sentado muy a gusto, viendo la tele y tomándose un aperitivo, cuando de repente,
!Mocos!, otro sartenazo en la cabeza. Con la cabeza sangrando y en el suelo le dice: ¿Y ahora que traes hija de la “toast”?
Y le contesta ella: – !Tu pinche caballo de mierda te llama por teléfono!

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Volar en globo

Un tipo volaba en globo, de pronto se percató que estaba perdido, maniobró y descendió un poco. Divisó a un hombre abajo en la calle, bajó más y le grito:
¡Disculpe! ¿Podría usted ayudarme? Prometí a un amigo que me encontraría con él a las 2:00, tengo media hora de atraso y no sé dónde estoy.
Claro que puedo ayudarle, usted se encuentra en un globo de aire caliente, flotando a unos 30 metros encima de esta calle; está entre los 40 y los 42 grados de latitud norte y entre los 58 y los 60 grados de longitud oeste.
¿Es usted ingeniero?
Sí señor, lo soy, ¿Cómo lo supo?
Porque todo lo que usted me ha dicho es técnicamente correcto, pero aún no sé qué hacer con la información que dio, y el hecho es que continúo perdido.
¡Ah! ¿Y usted debe ser un gerente?
En efecto, lo soy, pero, ¿Cómo lo averiguo?
¡Muy fácil! No sabe ni dónde está, ni para dónde va, hizo una promesa que no tiene idea como cumplir y espera que ahora otro le resuelva el problema, de hecho, está exactamente en la misma situación en que se hallaba antes de encontrarnos.
Pero ahora, por algún motivo, resulta que eso es, ¡Culpa mía!

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