Va un hombre a un hotel y pregunta por una habitación. El recepcionista le dice que hay una, pero que está ocupada por su hija de 18 años. El recepcionista le dice que como toque a su hija en cualquier tipo de roce, la hará las tres torturas chinas. El hombre, que gozaba de un gran auto-control, acepta. Cuando llega a la habitación, se ve en la cama a una rubia, con un cuerpo increíble y semi-desnuda. El hombre se contiene, pero la rubia se le insinúa y el hombre, se le echa encima y realiza el acto sexual. Por la mañana, se despierta y tiene sobre el pecho una piedra enorme, con un papel pegado en ella que rezaba: “Primera tortura china: piedra de 200 kilos en el pecho”. El hombre se la quita y se levanta. Se da cuenta que en la pared hay un gran letrero que dice: “Segunda tortura china: Pared con pinchos cayendo a toda velocidad”. El hombre levanta la vista y ve con espanto como un montón de pinchos salen del techo. Corre como un desalmado hacia la ventana y salta. En la acera hay un letrero que dice: “Tercera tortura china: Huevo izquierdo atado a pata de la mesa”
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