Chiste El obrero

Esto es una mujer que le da a su marido, que es obrero, viagra, porque no funcionaba muy bien en la cama.
El marido se la toma y al rato tiene una diarrea increible. El marido, al ver la diarrea, tira la viagra a un bidón de agua.
En eso, llega el tío más fuerte de la obra y comienza a beberse el bidón de agua de un tirón. Conforme se lo va bebiendo aquello le va subiendo más, y más.
Al ver aquello tan tieso, le dice al jefe:
– Oiga me tengo que ir a mi casaaaaa.
– ¿Pero porque, hombre?
– Nada, nada, asuntos personales.
Entonces llama a la mujer y le dice:
– Cariño, preparateeeee, que voy para allaaaaaaaa.
Y la mujer le dice:
– Que no, mi amor que están aquí mis padres.
– Da igual. Cariñooooo que voy para allaaaaaaaaa.
Entoces el hombre se dirige para su casa, llega y se va con la mujer a la cama. ¡Poffff!, de pronto 1, 2, 3, 4… 7 de un tirón. la mujer hecha polvo que ya no podía más.
Pero claro él necesitaba más. Ve a la suegra y dice:
– Bueno, ésta también cae esta tarde.
¡Poffff! Otros 7 seguidos sin parar. Pero todavía necesitaba más. Ve al suegro y dice:
– Quillo, ya se que es un hombre, pero éste también va a caer.
Y ¡¡Pofff!! otros siete. Ya no habia nadie más en la casa con quien EJEM!!, entonces se va para la cocina, y ve un cuenco de leche, y se le ocurre meterla ahí para que se le baje la inflamación.
De pronto entra el suegro a la cocina ve al yerno con aquello metido en la leche, y empieza a gritar:
– Cuidado, cuidado!!!!! Que está repostandoooo!!!!

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Comentarios (3)

Brillante remate, me ha dejado con una carcajada tremenda. Muy ingenioso y bien escrito, ¡enhorabuena! El juego de palabras está finísimo, me ha sorprendido. Humor del bueno, con gracia y sin ofender a nadie.

Qué chispa tiene este chiste, me partí de risa. Me quedo con la ocurrencia final, es genial. No puedo dejar de sonreír, qué bueno. Me he quedado con una sonrisa tonta, ¡genial!

Vaya ocurrencia más buena, me ha sacado una sonrisa enorme. El juego de palabras está finísimo, me ha sorprendido. No puedo dejar de sonreír, qué bueno. Lo apuntaré para contarlo en la próxima comida familiar.

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