Era una vez un loro y un pirata que se dedicaba a vender melones. Un día cualquiera el pirata saca los melones a la calle y comienza a gritar:
– ¡Melones buenos!
Y el loro contesta:
– ¡Están podridos, están podridos!
Acto seguido, el pirata le saca un ojo.  Al día siguiente vuelve a sacar los melones…
– ¡Vendo melones!
Y el loro responde…
– ¡De mala calidad, de mala calidad!
Y el pirata le saca el otro ojo.  Al día siguiente el pirata vuelve a sacar los melones a la calle…
– ¡Vendo melones!
y el loro responde…
– ¡Y yo cupones, y yo cupones!