Un autobús lleno de políticos se estrella en un granero. El granjero llega a investigar, y enseguida cava una fosa y entierra a los políticos. Unos días después un detective descubre el autobús destruído y le pregunta al granjero dónde estaban los políticos. – Pues señor, los enterré en aquella fosa. – ¿A todos? ¿Todos estaban muertos? Y el granjero responde: – Bueno, algunos de ellos decían que aún estaban vivos, pero usted sabe: a un político no se le puede creer ni una palabra.
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Comentarios (3)
Buenísimo, me hizo reír a carcajadas. El juego de palabras está finísimo, me ha sorprendido. Lo voy a compartir con mis amigos para que se rían también. Me ha levantado el ánimo por completo, gracias.
Me ha encantado el giro final, súper ingenioso. Seguid publicando más, que alegran un montón. Lo voy a compartir con mis amigos para que se rían también. Me he quedado con una sonrisa tonta, ¡genial!
Qué chispa tiene este chiste, me partí de risa. Muy ingenioso y bien escrito, ¡enhorabuena! El juego de palabras está finísimo, me ha sorprendido. Lo apuntaré para contarlo en la próxima comida familiar.