En una famosa serie de experimentos, el doctor Bacterio amaestro a una araña para que reconociese su voz y se dirigiese hacia el. Primero puso la araña a un lado de una mesa y la llamo diciendo “araña, ven aqui” y la araña cruzo la mesa.
Tras cortarle una pata, el profesor volvio a colocar la araña al otro extremo de la mesa y volvio a llamarla; la araña volvio a cruzar la mesa, cojeando.
En sucesivas etapas, el profesor le va cortando más y más patas, y la araña siempre cruza la mesa dirigiendose hacia el cuando la llama, cada vez con más dificultad y necesitando más tiempo.
Finalmente, el doctor Bacterio le corta las ocho patas, la pone en el extremo más alejado de la mesa y la llama. La araña no viene. Bacterio empieza a gritar con más fuerza, insistiendo durante un rato, pero la araña no hace nada.
La conclusion que saco el profesor Bacterio de este experimento es que las arañas tienen las orejas en las patas.
Chiste Adiestramiento de arañas
Compártelo con quien quieras
+ DE
0
CHISTES
Visita nuestro nuevo proyecto
Categorías
- Se abre el telón…
- Chistes verdes
- Chistes provinciales
- Chistes machistas
- Chistes informáticos
- Chistes feministas
- Chistes de religión
- Chistes de profesiones
- Chistes de políticos
- Chistes de personajes
- Chistes de lepe
- Chistes de Halloween
- Chistes de filosofía
- Chistes de familia
- Chistes de deporte
- Chistes de carretera
- Chistes de Borrachos
- Chistes de animales
- Chistes de amigos
- Chistes cortos
- Chistes con moraleja
- Agregar chiste

Comentarios (3)
Brillante remate, me ha dejado con una carcajada tremenda. Muy ingenioso y bien escrito, ¡enhorabuena! Me ha cambiado el ánimo para bien, gracias. ¡Más de estos, por favor! Me alegran el día.
Me he reído muchísimo con este chiste, de verdad. El juego de palabras está finísimo, me ha sorprendido. Me ha cambiado el ánimo para bien, gracias. Qué arte, ojalá subáis más chistes así.
¡Qué puntazo de chiste! Me ha cambiado el ánimo para bien, gracias. No puedo dejar de sonreír, qué bueno. Me he quedado con una sonrisa tonta, ¡genial! Humor del bueno, con gracia y sin ofender a nadie.