Entra un señor corriendo a una farmacia y dice “Rápido, deme algo para la diarrea, pero YA!!!” entonces el dueño de la farmacia, que era nuevo en el negocio, se pone un tanto nervioso y le da unas pastillas, el urgido las toma y se va.
Momentos despues el dueño de la farmacia se da cuenta de que por error e inexperiencia le ha dado al señor unas
pastillas para los nervios.
Horas después llega nuevamente el señor diarreico a lo que el
farmaceutico le dice “Mil disculpas señor, fijese que por error le dí un medicamento para los nervios en lugar de algún antidiarreico, pero dígame, ¿cómo se siente usted?”
y el otro responde “Cagao, pero no me importa.”