Política argentina

Un diputado argentino se encuentra en la calle con un amigo de la infancia y éste le pregunta:– ¿Cómo estás llevando esta crisis?– ¡La verdad que duermo como un bebé!– ¡Dormís como un bebé! ¿Pero cómo hacés?– ¡Me despierto cada 3 horas llorando!

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Luz automática

El marido, totalmente borracho, le dice a su mujer al acostarse:– Me ha sucedido algo increíble. He ido al baño y al abrir la puerta se ha encendido la luz automáticamente.– ¡La madre que te parió!, ya te has vuelto a mear en la nevera.

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Catalán muriéndose

Un catalán en su lecho de muerte susurra:Roser, Roser… ¿dónde estás, mi adorada esposa?– Aquí estoy, cariño… a tu lado.Y mi hijo Jordi… ¿dónde está?– Aquí estoy, padre… a su lado.Y mi hija Montse… ¿dónde está?– Aquí estoy, padre… a su lado.Y mi hijo Jaume… ¿dónde está?– Aquí estoy, padre…

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Risa por su suegra

Un hombre llega a un bar con un pañuelo negro por debajo de la mandíbula y atado en la cabeza; enseguida se le acerca un amigo, que dice: – ¿Qué te pasa? – ¡Qué se ha muerto mi suegra! – ¿Y ahí llevas el luto? – ¡No, qué va!, es

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Yerno vasco

Un vasco le dice a otro: – Oye Patxi, que me han dicho que tu hija anda por ahí con gonorrea, ¿lo sabías? – No, pero a mí mientras sea vasco no me importa.

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Preocupado!

Se encuentran dos amigos por la calle y dice uno: – Pepe, te veo preocupado. – Es que por poco atropello a mi suegra. – ¿Te fallaron los frenos? – No, no, el acelerador.

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los cochinillos

Iba un matrimonio en un coche, peleándose. Al pasar frente a una granja el hombre vio unos cochinitos y le dijo a la mujer: – ¿Familiares tuyos? Y ella le contestó: – ¡Sí, mis suegros!

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El ratón de oro

Un señor fue a una tienda en un barrio chino y vio que estaban vendiendo un ratón de oro. Le dio curiosidad y preguntó al dueño: “¿Y ese ratón de oro para qué es?” “Eso es de una leyenda antigua y la historia es muy larga. Si lo compra hay que comprar la historia aparte.” “Entonces, compro el ratón.” “¿No quiere la historia?” “No.” Y el tipo se fue con el ratón. Al rato se dio cuenta que lo perseguían muchos ratones. Al llegar a su casa, ésta se llenó rápidamente de ratones. Preocupado, el tipo salió a caminar, seguido por todos los ratones, tiró el ratón de oro a una alcantarilla y los ratones se metieron al la acantarilla y se ahogaron. El tipo regresó a la tienda y el dueño le dice al verlo llegar: “¿Vino por la historia, no?” “No. ¡Vine a ver si tenía un abogado de oro!

Afortunado

– Papaíto, ¿te gusta la fruta cocida? – Muchísimo. – Entonces, alégrate; nuestro huerto está ardiendo.