Chistes de animales

Chistes de animales, fieras, ganado, perros, gatos, cocodrilos, elefantes, gallinas, gallos, conejos, leones, tigres, leopardos…

Cristasol, venta asegurada

Un joven entra en una droguería:
– Buenos días. Venía por el anuncio de trabajo.
– Perfecto. Me vienes muy bien. Tengo que ir a hacer unos recados.
– Te explico cómo funciona la tienda y te quedas tú.
– Mira, tenemos una técnica de marketing que consiste en el producto estrella del día, todo el que entre en la tienda se lo tiene que llevar.
– Por ejemplo, el de hoy es Cristasol.
Suena la puerta y entra un cliente.
El droguero le dice al chaval:
– Mira cómo lo hago yo.
– Buenos días. Quería una lata de pintura blanca.
– Perfecto. El droguero le saca la lata de pintura y un bote de Cristasol.
– No, no, no. Yo sólo he pedido una lata de pintura.
– Ya, pero me he tomado la libertad de pensar que si me compra la lata de pintura es porque va a pintar ¿no?
– Pues, hombre, claro…
– Ya sabe que al pintar se manchan los cristales de la casa y qué mejor producto para limpiar los cristales que Cristasol, que además es el producto estrella del día y a mitad de precio.
Se va el cliente muy contento. El droguero le dice al chaval:
– Qué, ¿has visto cómo se hace?
– Sí, sí, sin problemas. Márchate que ya me quedo yo.
Suena la puerta y entra una mujer.
– Buenos días. Quería un paquete de compresas.
– Perfecto. El chaval le saca el paquete de compresas y un bote de Cristasol.
– No, no, no. Yo sólo he pedido un paquete de compresas…
– Ya, pero me he tomado la libertad de pensar que si me compra las compresas es porque tiene la regla, ¿no?
– Pues, hombre, claro…
– Pues ya que no vas a follar en todo el fin de semana, por lo menos limpias los cristales…

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Ni muy ni muy

Un tío entra en un bar dice:
– Un café por favor!
El camarero se lo va a hacer y el tío dice nuevamente:
– Que no esté ni muy caliente ni muy frío.
– De acuerdo señor.
– En taza ni muy grande ni muy pequeña
– Como quiera señor.
Cuando se le va a poner vuelve a decirle:
– Y no me lo ponga ni muy dulce ni muy amargo.
– Vale, responde el camarero.
– Y ahora no me eche ni poca ni mucha leche.
Y salta el camarero, ¿sabe lo que le digo?
– No.
– Que me parece que le voy a dar una patada ni muy alto ni muy bajo.

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