Estos eran unos naúfragos que fueron a dar a una isla desierta.
Como no tenían qué comer, decidieron echar a suertes quién se sacrificaría para que los demás se lo pudieran comer. Pues resulta que se comieron uno… y otro… y otro… y nadie llegaba a rescatarlos. Total que, al final, sólo quedaban dos: un flaco, y un gordito. Echan suertes… y pierde el gordito. Ya lo va a matar el otro, cuando se pone a gritar: “¡No me mates! ¡No me mates! ¡Yo sé donde hay un montón de latas de frijoles escondidas…!”
“¡Desgraciado…! ¿Y por qué no nos lo habías dicho?”
“Es que a mí no me gustan los frijoles…”
Valora este chiste !!!
[Total: 0]

Comentarios (3)
¡Qué puntazo de chiste! No puedo dejar de sonreír, qué bueno. El juego de palabras está finísimo, me ha sorprendido. Entretenidísimo, me hizo desconectar un rato.
Buenísimo, me hizo reír a carcajadas. Me ha cambiado el ánimo para bien, gracias. Deberían hacer una serie solo con chistes como este. Lo guardo para contarlo en la próxima reunión, verás qué risas.
Vaya ocurrencia más buena, me ha sacado una sonrisa enorme. Seguid publicando más, que alegran un montón. Lo voy a compartir con mis amigos para que se rían también. Qué arte, ojalá subáis más chistes así.