Un famoso director se desplaza al desierto del Sahara para rodar
una película.
Un día, el guía local le dice:
—Es inútil prepararse para mañana: lloverá.
Y en efecto, al día siguiente llueve.
Unos días más tarde, el guía le dice al director:
—Es inútil prepararse para mañana: se desatará una tormenta de
arena.
Y al día siguiente, a la hora prevista, se desata la tormenta.
Todos se quedan boquiabiertos con las capacidades del guía.
Pero transcurren los días y el guía no anuncia nada.
La víspera de una escena importante, el director llama al guía y le
dice:
—Estoy en tus manos: mañana tengo que rodar la secuencia más
importante de la película… Dime, ¿qué tiempo hará?
El guía se encoge de hombros y responde:
—No tengo ni idea, amigo, ¡se me ha estropeado la radio!
