El inspector

Llega el inspector de Hacienda a casa de uno que era rico y aficionado a las apuestas, y le demanda que debe a la administración un montón de dinero.
“Caballero, debe usted 25.000? a Hacienda, y vengo a cobrarlos de los contrario pasará a disposición judicial por estafa al Estado.”
“De acuerdo, pero si no le importa antes me gustaría apostar con usted.”
“¿Cómo dice?”
“Me apuesto con usted 50.000? a que tengo los testículos cuadradros, con forma cúbica.”
“Oiga, eso es imposible.”
“Pues si cree que es imposible apueste, yo apuesto 50.000? a que los tengo totalmente cuadrados.”
“De acuerdo, los apuesto.”
“Pero para una apuesta tan fuerte, para evitar malentendidos, mejor vamos a un abogado para que testimonie la apuesta, ¿verdad?”
“Buena idea.”
“Vamos, pues.”
Y establecida la apuesta se dirigen a un abogado conocido por el rico apostador. Una vez allí…
“Bueno, pálpeme los testículos y ya verá lo cuadrados que están.”
Se pone el inspector a tocar y nota unos genitales normales y corrientes.
“Ja, ja, jaaa, ha perdido la apuesta, tiene los testículos ovalados como todo el mundo, me debe un montón de pasta!!!”
“Sí, de acuerdo, he perdido.” y le dice al abogado: “ahora tú dame los 100.000? que apostamos a que el Inspector de Hacienda me tocaba los cojones.”

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