Una pareja de amantes está retozando en la cama cuando de pronto, oyen entrar al marido. Saltan de la cama rápidamente y ella le calma diciendo:
– No te preocupes, te voy a cubrir de talco y te estás completamente quieto para pasar por una estatua.
Rápidamente lo cubre, quedando él todo de blanco. Al momento, entra el marido en la habitación.
– ¿Qué tal, cariño?- pregunta.
– Pues, muy bien, mi amor.
– ¿Y esta estatua?
– Pues nada, vi el otro día una igual en casa de los Pérez, me gustó y la he comprado esta mañana.- le comenta la esposa
Sin más comentarios se acuestan los dos.  A las dos de la madrugada, el marido se levanta, se va a la cocina, coge un vaso de leche y unos aperitivos y regresa a la habitación. Se acerca a la estatua y le dice al oído:
– Toma, hombre, que yo me pasé así tres días en la casa de los Pérez y no me ofrecieron ni un vaso de agua.
Comentarios (3)
Qué chispa tiene este chiste, me partí de risa. No puedo dejar de sonreír, qué bueno. El juego de palabras está finísimo, me ha sorprendido. ¡Más de estos, por favor! Me alegran el día.
Qué chispa tiene este chiste, me partí de risa. Seguid publicando más, que alegran un montón. Me quedo con la ocurrencia final, es genial. Me he quedado con una sonrisa tonta, ¡genial!
Qué chispa tiene este chiste, me partí de risa. No puedo dejar de sonreír, qué bueno. Así da gusto, humor sano y con mucha gracia. Me he quedado con una sonrisa tonta, ¡genial!