El perro de un abogado entra a la carnicería del lado y se come un filete frente al carnicero. Este, indignado, va a la oficina del abogado y le pregunta: – Si un perro se mete a mi carnicería y se come un filete ante mis propios ojos, ¿tengo derecho a demandar que el dueño del perro me pague el filete? – Por supuesto que sí. – Entonces, ¡págueme los 2.000 pelas del filete que se comió su perro! El abogado saca un billete de 2.000 y se los entrega sin objeciones al carnicero, quien se devuelve a su negocio, apenado por haber desconfiado del abogado. Una semana después, el carnicero recibe una cuenta de cobro del abogado por 10.000 pelas correspondientes a la consulta.
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Comentarios (3)
¡Qué puntazo de chiste! Me ha cambiado el ánimo para bien, gracias. Me ha cambiado el ánimo para bien, gracias. Qué arte, ojalá subáis más chistes así. Así da gusto, humor sano y con mucha gracia.
Me he reído muchísimo con este chiste, de verdad. Deberían hacer una serie solo con chistes como este. Necesitaba una risa así, gracias por publicarlo. Me he quedado con una sonrisa tonta, ¡genial!
Me ha encantado el giro final, súper ingenioso. Deberían hacer una serie solo con chistes como este. No puedo dejar de sonreír, qué bueno. Me he quedado con una sonrisa tonta, ¡genial!