Este es un señor que va a embarcar en un barco y llevaba a su cabra. En esto que el de la aduana le dice: ¡La cabra no pasa! Entonces, el hombre se va y le ve un amigo y le dice: Pinta la cabra de negro y ponle un bozal y pensará que es un perro. El hombre lo hace y el de la aduana le dice: ¡He dicho que la cabra no pasa! Y el hombre le responde: ¡Sino es una cabra, que es un perro! Y el de la aduana le dice: ¿Y los cuernos? Y el hombre contesta: ¡Con la vida privada de mi perro no se meta!
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Comentarios (3)
De lujo este chiste, muy simpático y fresco. Así da gusto, humor sano y con mucha gracia. No puedo dejar de sonreír, qué bueno. Lo guardo para contarlo en la próxima reunión, verás qué risas.
Brillante remate, me ha dejado con una carcajada tremenda. No puedo dejar de sonreír, qué bueno. Deberían hacer una serie solo con chistes como este. Me ha levantado el ánimo por completo, gracias.
Me ha encantado el giro final, súper ingenioso. Seguid publicando más, que alegran un montón. Seguid publicando más, que alegran un montón. Ahora mismo lo reenvío porque merece ser compartido.