Un granjero tenia 1.000 gallinas y un gallo. Obviamente, el gallo se murio un dia, y el granjero tuvo que ir a comprar uno nuevo.
Al llevarlo a la granja, le dice que se tome las cosas con calma, que 1.000 gallinas son muchas gallinas y que haga lo que pueda sin agobiarse, pero el gallo no le presta demasiada atencion. En cuanto el granjero mete el gallo en el corral, el tio se lanza contra las gallinas y se las empieza a tirar; el granjero al principio mira entretenido, pero al cabo de un rato se va al campo.
Cuando vuelve por la tarde, lo primero que ve es que todas las gallinas estan hechas polvo; luego descubre que el gallo se ha clavado tambien a dos patos, los gansos, las vacas, los cerdos, las mulas y el caballo; cuando entra en casa, ve que se ha tirado tambien a su esposa, a su hija y a su hijo. En esto que ve al gallo en el patio, tumbado en el suelo, quieto, y le dice con voz triste : – Ves, animal, te has atorado a todo bicho en la granja y ya se te acabo el fuelle, idiota. Pero el gallo se lleva un ala al pico y le chista al granjero, mientras señala con la otra ala a unos buitres que estaban dando vueltas sobre el en el cielo, y luego le dice: “no grites, que me los espantas”.

Comentarios (3)
¡Qué puntazo de chiste! Seguid publicando más, que alegran un montón. Muy ingenioso y bien escrito, ¡enhorabuena! Lo guardo para contarlo en la próxima reunión, verás qué risas.
De lujo este chiste, muy simpático y fresco. Me quedo con la ocurrencia final, es genial. Lo voy a compartir con mis amigos para que se rían también. Prometo contarlo en casa, nos encanta reír juntos.
Me he reído muchísimo con este chiste, de verdad. Así da gusto, humor sano y con mucha gracia. Necesitaba una risa así, gracias por publicarlo. Ahora mismo lo reenvío porque merece ser compartido.