Chiste La minifalda

En la parada del autobús, un nutrido grupo espera, en apretada línea,
su turno subir al vehículo. Entonces, le llega el turno a una bella
joven que viste botas altas y una chaqueta a juego con una pequeña
minifalda de cuero. La chica se percata que el escalón de acceso al
autobús es tan alto, que la mini le va a impedir subir. Sonrojada por
la pena, se lleva las manos atrás, buscando la cremallera, la
localiza, la baja un tanto y se dispone a subir. ¡Nada! Todavía la
falda le impide levantar la pierna para alcanzar el escalón.
Avergonzada, mira al chofer, sonríe tímidamente y, de nuevo, se lleva
las manos atrás y baja un poco más la cierre. Pese a todo, todavía la
minifalda le impide levantar la pierna para subir.
La gente que espera en línea comienza a incomodarse y a protestar. En
aquel momento, el fornido tipo que esperaba su turno detrás de ella,
la toma por la cintura, y con facilidad la sube al ómnibus como si
fuera una pluma. La muchacha, furiosa, se vuelve al desconocido y le
increpa:
¡Cómo se atreve a tocarme, descarado! ¡Yo no sé quién es usted,
fresco!
Y el hombretón, encogiéndose de hombros, le responde:
Lo siento, señorita, pensé que después de haber tratado de abrirme la
bragueta dos veces seguidas ya éramos amigos, ¿o no?

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Comentarios (3)

Vaya ocurrencia más buena, me ha sacado una sonrisa enorme. Seguid publicando más, que alegran un montón. Deberían hacer una serie solo con chistes como este. Qué arte, ojalá subáis más chistes así.

De lujo este chiste, muy simpático y fresco. Necesitaba una risa así, gracias por publicarlo. No puedo dejar de sonreír, qué bueno. Lo apuntaré para contarlo en la próxima comida familiar.

Buenísimo, me hizo reír a carcajadas. Muy ingenioso y bien escrito, ¡enhorabuena! Seguid publicando más, que alegran un montón. Lo guardo para contarlo en la próxima reunión, verás qué risas.

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