La Monja y el Taxista
Va una monja caminando por la calle a las 12 de la noche y para a un taxi. La monja se sube al taxi, le dice la dirección y el taxi arranca.
Durante todo el viaje, el taxista mira a la monja por el espejo retrovisor, la monja se da cuenta,y le dice al taxista:
– Hijo, hay algo que quiera decirme?
– Si madre, pero me da mucha vergÁ¼enza decirlo y no quiero ofenderla … – Responde el taxista
– No se preocupe, he escuchado muchas cosas en mi vida y no creo que me ofenda – dijo la monja
– Bueno, toda mi vida tuve la fantasía de tener sexo con una monja
La monja quedo atónita.
– Eeeeeeeh…, dice la monja: Pero, hay un problema, usted debe ser católico…
– Sisisi, soy católico!
– Y debe ser soltero…
– Sisiissi!! Soy soltero.
La monja, nuevamente sorprendida, termino aceptando la propuesta.
El taxista, emocionado, freno el taxi frente a un callejón. Ambos se bajaron e hicieron sexo como dos desquiciados. Cuando terminaron, el taxista se puso a llorar:
– dice la monja: Que pasa, hijo mio? Acaso no estuvo bien?
– dice el taxista: Si, estuvo bien, pero he pecado madre. Soy judío y estoy casado!
– dice la monja: No hay problemaa.., yo no soy monja, soy gay, y voy a la a la fiesta de disfraces de un amigo.

Comentarios (3)
Brillante remate, me ha dejado con una carcajada tremenda. Me quedo con la ocurrencia final, es genial. El juego de palabras está finísimo, me ha sorprendido. Prometo contarlo en casa, nos encanta reír juntos.
Qué bien contado está, me ha animado el día. Me ha cambiado el ánimo para bien, gracias. Me quedo con la ocurrencia final, es genial. Ahora mismo lo reenvío porque merece ser compartido.
De lujo este chiste, muy simpático y fresco. Me ha cambiado el ánimo para bien, gracias. Me quedo con la ocurrencia final, es genial. Entretenidísimo, me hizo desconectar un rato.