Esta es una señora que llama por teléfono a una carnicería y pregunta:
– ¿Tiene usted orejas de cerdo…?
– Si, claro
– ¿Y rabo de toro?
– Sí..,
– ¿Y morros de jabalí…?
– Sí, señora.
La señora responde:
– ¡Dios mío…!, ¿Que feo tiene que ser usted…?