Un padre y su hijo están observando las estrellas en una bonita
noche de primavera.
—¿Sabes? —le explica el padre—, ¡las estrellas se encuentran a
miles de años luz de la Tierra! ¡Eso significa que la luz que estamos
viendo ahora ha tardado miles de años en llegar hasta nosotros!
El niño se queda pensativo un momento y al fin dice un poco
mosqueado:
—¡Y mamá riñéndome porque me siento a la mesa con cinco
minutos de retraso!