Uno de los locos del manicomio sale del baño corriendo y gritando desesperado:
“¡Llévenme donde el director que he descubierto mi problema”
Ante tanto alboroto, uno de los médicos lo lleva donde el director.
“¿Qué es lo que pasa?”
“Doctor, fíjese que ya sé lo que me pasa y, tal como se lo había dicho, ¡no estoy loco!”
“A ver, dígame, entonces ¿qué es lo tiene?”
El loco, bajándose rápidamente los pantalones, se mete el dedo medio por el ano; lo saca y, sin darle tiempo a nadie de reaccionar, se lo pasa por la nariz al doctor, al mismo tiempo que le grita:
“Ya ve doctor, no estoy loco: ¡Yo lo que estoy es podrido!”
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Comentarios (3)
De lujo este chiste, muy simpático y fresco. Necesitaba una risa así, gracias por publicarlo. Me quedo con la ocurrencia final, es genial. Lo apuntaré para contarlo en la próxima comida familiar.
Tremendo humor, justo lo que necesitaba ahora. Muy ingenioso y bien escrito, ¡enhorabuena! No puedo dejar de sonreír, qué bueno. Qué arte, ojalá subáis más chistes así.
Brillante remate, me ha dejado con una carcajada tremenda. Así da gusto, humor sano y con mucha gracia. Lo voy a compartir con mis amigos para que se rían también. Me he quedado con una sonrisa tonta, ¡genial!