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La mujer del general

En el campamento militar de Melilla, el general Peréz decidió llevar a su hermosa mujer para que le acompañase en su estancia a Melilla. Los soldados, hambrientos de sexo, le metían mas que una mano a la mujer.

Un dia, el general Pérez se enteró de lo que sucedia con su mujer, y decidió ponerle un cuchillo en su chirri.
A la semana siguiente, el general ordenó a todos sus hombres a reunirse en una sala, y les mandó bajarse los pantalones con los calzoncillos. Los soldados, que no entendían nada, se los bajaron sin rechistar. Luego el general pasó mirando uno a uno los penes de los soldados, y vio, como se imaginaba, que todos estaban cortados, y preguntó a cada soldado como se los cortaron:
-A ver,¿como le pasó eso a su pene?
-es que yooooooooo….
-6 meses al calabozo! Usted, como le paso esto?
-es que yoooooooooo……..
-A callar! 7 meses al calabozo!!
Y, haciendo preguntas, llegó a uno que no tenia un rasguño,
y le pregunto alegre de que uno de sus hombres le hubiera estado fiel:
-¿Como puede ser que usted no haya intentado joder a mi mujer?
-ejjjjj jjjqkjue jjjooooo……..

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La Monja y el Taxista

La Monja y el Taxista

Va una monja caminando por la calle a las 12 de la noche y para a un taxi. La monja se sube al taxi, le dice la dirección y el taxi arranca.

Durante todo el viaje, el taxista mira a la monja por el espejo retrovisor, la monja se da cuenta,y le dice al taxista:

– Hijo, hay algo que quiera decirme?

– Si madre, pero me da mucha vergÁ¼enza decirlo y no quiero ofenderla … – Responde el taxista

– No se preocupe, he escuchado muchas cosas en mi vida y no creo que me ofenda – dijo la monja

– Bueno, toda mi vida tuve la fantasía de tener sexo con una monja

La monja quedo atónita.

– Eeeeeeeh…, dice la monja: Pero, hay un problema, usted debe ser católico…

– Sisisi, soy católico!

– Y debe ser soltero…

– Sisiissi!! Soy soltero.

La monja, nuevamente sorprendida, termino aceptando la propuesta.

El taxista, emocionado, freno el taxi frente a un callejón. Ambos se bajaron e hicieron sexo como dos desquiciados. Cuando terminaron, el taxista se puso a llorar:

– dice la monja: Que pasa, hijo mio? Acaso no estuvo bien?

– dice el taxista: Si, estuvo bien, pero he pecado madre. Soy judío y estoy casado!

– dice la monja: No hay problemaa.., yo no soy monja, soy gay, y voy a la a la fiesta de disfraces de un amigo.

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Chistes para todos los gusto, reír es una forma de liberar tensiones y mejorar el estado de ánimo, los chistes pueden ayudarnos a aprender sobre el lenguaje, la cultura y la psicología humana, en definitiva los chistes son una forma de comunicación que nos permite conectar con los demás, expresar nuestra creatividad y escapar de la rutina. Son como pequeñas dosis de alegría que nos ayudan a ver el lado divertido de la vida.

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