El marido y la estatua humana

Una pareja de amantes está retozando en la cama cuando de pronto, oyen entrar al marido. Saltan de la cama rápidamente y ella le calma diciendo:

– No te preocupes, te voy a cubrir de talco y te estás completamente quieto para pasar por una estatua.

Rápidamente lo cubre, quedando él todo de blanco. Al momento, entra el marido en la habitación.

– ¿Qué tal, cariño?- pregunta.

– Pues, muy bien, mi amor.

– ¿Y esta estatua?

– Pues nada, vi el otro día una igual en casa de los Pérez, me gustó y la he comprado esta mañana.- le comenta la esposa

Sin más comentarios se acuestan los dos.  A las dos de la madrugada, el marido se levanta, se va a la cocina, coge un vaso de leche y unos aperitivos y regresa a la habitación. Se acerca a la estatua y le dice al oído:

– Toma, hombre, que yo me pasé así tres días en la casa de los Pérez y no me ofrecieron ni un vaso de agua.

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El marido y el jardinero

Estaba el dueño de la casa y entra el jardinero que era un negro con él al baño. Cuando Tom (el jardinero) saca su pene el hombre se impresiona.

– Tom, ¿por qué los negros tienen un miembro tan grande?

– Mire jefe, para tenerla bien grande hay que frotarla contra los barrotes de la cama.El dueño se va pensando en las palabras de su jardinero.

En el medio de la noche el hombre empieza a hacerlo cuando de repente se despierta su esposa y dice:

– Tom, ¿eres tú?

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