El apartamento y la señorita

Un señor y una señorita salen una noche. El señor conviene con ella que le va a pagar 300€ (1782 pesos argentinos) por sus caricias. Cuando salen él se da cuenta que no lleva dinero en efectivo y decide que le enviara un cheque a través de su secretaria y, para que ésta no se entere de las relaciones que hubo entre los dos le dará a entender que el dinero es en pago por el alquiler de un apartamento.Pero el señor decide enviarle un cheque por 180€ (1070 pesos argentinos) en lugar de los 300€ acordados y le expone las siguientes razones:

Estimada señora :

Ahí le envío 180€ en vez de las 300€ acordados en pago del apartamento que alquile, pues esperaba otra cosa :

1. Esperaba un apartamento sin estrenar

2. Que tendría calefacción

3. Que fuera pequeño y resulto ser todo lo contrario, pues estaba usado, era frío y ancho.Atentamente

Al recibir esto, la señorita le contesta :

Estimado Caballero :

Le devuelvo su dinero, pues en verdad no lo necesito, pero debo decirle con referencia a lo que dice su carta, que usted tenía que saber :

1. Que un apartamento tan bonito no podía estar sin estrenar

2. Que con seguridad usted no supo encender la calefacción

3. Que yo no tengo la culpa de que usted no tenga suficientes muebles para llenar el apartamento.Atentamente.

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El apartamento

Un señor y una señora salen una noche. El señor conviene con ella que le va a pagar 500 euros por sus caricias.

Cuando salen, él se da cuenta de que no lleva dinero en efectivo y decide que le enviará un cheque a través de su secretaria y, para que ésta no se entere de las relaciones que hubo entre los dos, le dará a entender que el dinero es en pago por el alquiler de un apartamento.

Pero el señor decide enviarle un cheque por 250 euros en lugar de los 500 euros acordados y le expone las siguientes razones:
“Estimada señora: Ahí le envio 250 euros en vez de los 500 acordados en pago del apartamento que alquilé, pues esperaba otra cosa :
– Esperaba un apartamento sin estrenar.
– Que tuviera calefacción.
– Que fuera pequeño.
Resultó ser todo lo contrario, pues estaba usado, era frío y ancho. Atentamente,…”

Al recibir esto, la joven señora le contesta:
“Estimado Caballero: Le devuelvo su dinero, pues en verdad no lo necesito, pero debo decirle con referencia a lo que dice su carta, que usted tenía que saber:
– Que un apartamento tan bonito no podía estar sin estrenar.
– Que con seguridad usted no supo encender la calefacción.
– Que yo no tengo la culpa de que usted no tenga suficientes muebles para llenar el apartamento. Atentamente,…”

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