Se organiza un concurso internacional para ver quien es capaz de traer más pelotas de ping-pong al cabo de un día. Llegado el momento, la multidud abarrota el lugar y el primer concursante en llegar es el alemán, que va en un autobús embutido entre pelotas de ping-pong de modo que apenas podía mover el volante. Después de un derrape, descarga y el jurado cuenta:
-Un millón de pelotas de ping-pong!!!!
– Bien!!! Bien!!!!, grita la multitud.
Pero llega el concursante frances por aire en un Concorde que aterriza como puede mientras esta a punto de partirse por el peso. El jurado cuenta:
– Ochenta millones de pelotas de ping-pong!!!!
– Bien!!! Bien!!!!, grita la multitud.
Pero entonces llega el concursante americano con un transatlántico (aquel sitio era puerto de mar) con un mogollón de pelotas de ping-pong, aquello parecía un cono de helado más que un barco.
El jurado cuenta:
– Mil millones de pelotas de ping-pong!!!!
La multitud grita:
– Bien!!! Bien!!!! Ha ganado!! ha ganado!!, eso es inmejorable!
Le dan el premio, la gente se empieza a marchar, y en esto que aparece el concursante español con un palo al hombro con dos sacos colgando en los extremos (como lo que llevan los chinos). El tío va hecho polvo del cansancio y dice:
– Ehhh, esperadme, que falto yo!
– Buhhhh, buhhh. Trayendo sólo dos sacos de pelotas de ping-pong no tienes ninguna posibilidad!
– De ping-pong? No habia que traer las pelotas de King-Kong?
Comentarios (3)
Qué bien contado está, me ha animado el día. Así da gusto, humor sano y con mucha gracia. Seguid publicando más, que alegran un montón. Lo apuntaré para contarlo en la próxima comida familiar.
De lujo este chiste, muy simpático y fresco. Necesitaba una risa así, gracias por publicarlo. Seguid publicando más, que alegran un montón. Me ha levantado el ánimo por completo, gracias.
Me ha encantado el giro final, súper ingenioso. Así da gusto, humor sano y con mucha gracia. Necesitaba una risa así, gracias por publicarlo. Lo guardo para contarlo en la próxima reunión, verás qué risas.