Una señora confía a un médico amigo el drama que la tortura desde hace ya más de veinte años:
– ¡Si supiera la tragedia que representa ser cleptómana!
– Te comprendo. ¿Qué remedio has empleado para combatir esas desagradable enfermedad?, ¿Tomas alguna cosa?
– ¡Por supuesto!, todo lo que puedo en cuento se distraen los vendedores.
Remedio casero
Dos tíos con un pedo tremendo están tirados en las vías del tren. Se acerca un policía y ve que uno de ellos esta metiéndole el dedo en el culo al otro.
– Vamos a ver, ¿usted que hace? ¿Está ayudando a su amigo a apartarse de las vías?
– No, estoy intentando que vomite.
– Pues así no lo va a conseguir.
– ¿Que no? Espera a que le meta el dedo en la boca…