Un farmacéutico deja la farmacia unas horas a cargo del aprendiz, cuando llega le pregunta al muchacho:
– ¿Has vendido algo?
– El muchacho le responde: Si…, he vendido dos botes de los esos polvos amarillos para las hemorroides
– El farmacéutico dice: ¡Que has hecho…, ese polvo es para las hormigas.
– El muchacho responde: Lo siento señor…, pero es que en los botes ponía…, espolvoreese con cuidado al rededor del hoyo…