Llega una hija de la ciudad después de mucho tiempo vuelve a su casa y le pregunta su padre:
-¿Hija en que trabajas?
-Soy prostituta, responde la hija.
El padre se asombra mucho y la hija le dice:
– te acuerdas de aquella finca que querías, pues traigo lana.
Y el padre le dijo:
– ¿Qué decías que eras?
Y la hija repondió:
– Soy prostituta.
Y le dijo el padre:
– Ahhhhhhh! yo pensaba que eras protestante.
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Comentarios (3)
Me ha encantado el giro final, súper ingenioso. Seguid publicando más, que alegran un montón. Seguid publicando más, que alegran un montón. ¡Más de estos, por favor! Me alegran el día.
De lujo este chiste, muy simpático y fresco. Me quedo con la ocurrencia final, es genial. Muy ingenioso y bien escrito, ¡enhorabuena! Prometo contarlo en casa, nos encanta reír juntos.
Qué chispa tiene este chiste, me partí de risa. No puedo dejar de sonreír, qué bueno. Deberían hacer una serie solo con chistes como este. Qué arte, ojalá subáis más chistes así.