Un joven va a pedir la mano de su novia a la casa del padre, un señor bastante dificil:
-¿y cuánto gana usted? le pregunta el padre
– Unos 600 euros
– ¡Con eso mi hija no tiene ni para el papel higiénico!, ¡tendrá que buscarse otra!
Horas después la pareja se ve de nuevo:
– Bueno, ¿qué tal fue todo? pregunta ella
– Calla, cagona, que por tu culpa no nos casamos