Una vez en una cárcel un preso le dijo a un gendarme:
Oiga mi gendarme, anteayer dejé mi cepillo de dientes en la cama y me lo robaron. Ayer dejé mi peine en la cama, y otra vez me lo robaron, y hoy resulta que dejo mis calcetas, y también me la robaron, ¿Sabe de lo que sospecho?
Y el gendarme dice:
No, ¿De qué?
Entonces el preso le responde:
Pues empiezo a sospechar que aquí en la cárcel hay ladrones.
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Comentarios (3)
¡Qué puntazo de chiste! El juego de palabras está finísimo, me ha sorprendido. Seguid publicando más, que alegran un montón. Me he quedado con una sonrisa tonta, ¡genial!
Qué chispa tiene este chiste, me partí de risa. Me quedo con la ocurrencia final, es genial. Seguid publicando más, que alegran un montón. Entretenidísimo, me hizo desconectar un rato.
Me he reído muchísimo con este chiste, de verdad. Muy ingenioso y bien escrito, ¡enhorabuena! Me ha cambiado el ánimo para bien, gracias. Me he quedado con una sonrisa tonta, ¡genial!