Un cazador le estaba contando sus aventuras en la selva a su compadre.
“Fíjese compadre que yo iba por la selva y como se empezó a poner muy espesa me tuve que ir un poco encorvado. Después se puso más espesa me tuve que ir en cuclillas. Más tarde se puso más tupida y me fui a gatas. Por fin llegué donde ya no había espesura y que me encuentro enfrente de un león.”
“¿Y que pasó después?” le preguntó el compadre.
“¡Que el león hace prrrffffffffffff!”
“¡¿Pero cómo, si los leones rugen?!”
“¡Es que estaba volteado!”
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Comentarios (3)
Qué chispa tiene este chiste, me partí de risa. El juego de palabras está finísimo, me ha sorprendido. Lo voy a compartir con mis amigos para que se rían también. Prometo contarlo en casa, nos encanta reír juntos.
De lujo este chiste, muy simpático y fresco. No puedo dejar de sonreír, qué bueno. Deberían hacer una serie solo con chistes como este. Me ha levantado el ánimo por completo, gracias.
Me he reído muchísimo con este chiste, de verdad. No puedo dejar de sonreír, qué bueno. No puedo dejar de sonreír, qué bueno. Prometo contarlo en casa, nos encanta reír juntos.