Chiste No es música

En un elegante restaurante de Nueva York, el director de orquesta zíngara se acerca, con el violín bajo el brazo, a una mesa, se inclina cortésmente y pregunta:
– Perdone, señor, ¿ha sido usted quien ha pedido una tzarda?
– No, contesta el cliente, hemos pedido dos bistecs a la orange

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