Llega el marido a casa y le dice a su mujer:
– ¡Hola Maruja, a que no sabes qué me han regalado!
– Pues no Pepe, no me lo imagino.
El hombre abre un fardo, saca un lechoncillo y se lo enseña.
– ¡Mira! Me he encontrado con mi tío que venía del pueblo y me ha dado un lechón.
– ¡Pero Pepe! ¿Para qué queremos nosotros un cerdo?
– Calla Maruja, que dentro de cuatro meses llegan las Navidades, lo alimentamos hasta entonces y así solucionamos la cena de Navidad.
– ¡Tú estás loco! ¿Dónde piensas que lo vamos a meter?
– Pues… ¡Debajo de nuestra cama!
– ¡Pero bueno! Esto es lo último que me faltaba ya por oír. Y… ¿Qué pasa con el olor?
A lo cual el hombre contesta:
– El olor… el olor… ¡¡¡¡¡Que se aguante!!!!!
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Comentarios (3)
Tremendo humor, justo lo que necesitaba ahora. Muy ingenioso y bien escrito, ¡enhorabuena! Lo voy a compartir con mis amigos para que se rían también. Humor del bueno, con gracia y sin ofender a nadie.
Buenísimo, me hizo reír a carcajadas. El juego de palabras está finísimo, me ha sorprendido. El juego de palabras está finísimo, me ha sorprendido. Ahora mismo lo reenvío porque merece ser compartido.
Tremendo humor, justo lo que necesitaba ahora. Muy ingenioso y bien escrito, ¡enhorabuena! No puedo dejar de sonreír, qué bueno. Lo apuntaré para contarlo en la próxima comida familiar.