Dos solteronas tenían una farmacia heredada del padre. Un día entra un hombre y pide un condón. Una de las mujeres le saca uno talla 42.
– No, es pequeño, dice el hombre.
Le saca uno talla 44.
– No, creo que todavía es pequeño.
Saca y saca, y la ultima talla que le queda es un 50, pero el hombre dice que no, que es pequeño.
Entonces la mujer grita:
– Hermenegilda, el señor necesita un condón talla 52 y ya no nos quedan,
¿qué le ofrezco?
Y Hermenegilda le contesta:
– !Casa y comida y la mitad de la farmacia!
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Comentarios (3)
Buenísimo, me hizo reír a carcajadas. Así da gusto, humor sano y con mucha gracia. Deberían hacer una serie solo con chistes como este. Qué arte, ojalá subáis más chistes así.
Vaya ocurrencia más buena, me ha sacado una sonrisa enorme. Lo voy a compartir con mis amigos para que se rían también. No puedo dejar de sonreír, qué bueno. Lo apuntaré para contarlo en la próxima comida familiar.
Tremendo humor, justo lo que necesitaba ahora. El juego de palabras está finísimo, me ha sorprendido. Me quedo con la ocurrencia final, es genial. Prometo contarlo en casa, nos encanta reír juntos.