En la habitación de matrimonio, la sensual y cariñosa esposa recibe al marido a las 3 de la mañana diciéndole:
-Desabrocha mi blusa y déjala sobre la cama
-Sí mi amor – le responde sumiso el marido.
-Ahora el sujetador, y ponlo en la silla.
-Claro mi vida…
-Deja mi falda en el ropero.
-Bueno cariño…
-Ahora mis panties en el cesto.
-Ya está corazón…
-¡¡¡ Y QUE SEA LA ÁšLTIMA VEZ QUE TEÂ PONES MI ROPA, MARICÓN DE MIERDA!!!