Después de la fiesta de la Hispanidad el General del Regimiento hace venir a su despacho a un sargento y le dice, que ese fin de semana todo el regimiento tiene permiso, pero les haciendo hincapié a los soldados que deben de presentarse puntualmente el lunes a las 6 de la mañana para pasar lista.
El sargento llama a filas a todo los soldados y cuando estan en posición de firmes les comunica la orden del general.
Pasa el fin de semana y llega el lunes a las 6 de la mañana y no aparece ningún soldado. El primero de ellos llega a las 9 de la mañana, lo llama el sargento y le dice:
– ¡Eh tú! , ¿no te ordené que estuvieses a las 6 de la mañana de hoy?.
El soldado le contesta:
– Mire usted mi sargento, es que resulta que me ha sido imposible encontrar un taxi,ni autobús ni nada por el estilo y tuve que hacer el trayecto de la ciudad al cuartel montado en un burro, por eso he llegado a esta hora.
– Vale, le responde el sargento.
Llega el segundo soldado un cuarto de hora más tarde y le dice el sargento:
– Oye, ¿no te dije que te presentaras hoy a las 6 de la mañana?.
El soldado le contesta:
– Mire usted mi sargento, es que resulta que me ha sido imposible encontrar un taxi, ni un autobús ni nada por el estilo y tuve que hacer el trayecto de la ciudad al cuartel montado en un burro, por eso he llegado tarde.
– De acuerdo, le responde el sargento.
Y de esta forma van entrando poco a poco todos los soldados con un cuarto de hora de diferencia entre ellos y todos contestando al sargento lo mismo.
Al llegar el último soldado, le dice el sargento:
-¿Qué pasa soldado, ¿también has venido tu montado en un burro?.
A esto le responde el soldado:
-¡Qué va mi sargento, yo he venido en un taxi!
Por lo que le dice el sargento
¿Entonces por que has llegado tan tarde?, ¿no te había ordenado de que estuvieses aquí a las 6 de la mañana?.
A esto le contesta el soldado:
– Y eso es lo que pretendía mi sargento, pero no vea usted el atasco que habia en la carretera con tantos burros circulando.