Un doctor que había estado visitando a una abuelita de 83 años durante muchos años, se retiró y en su lugar llegó un nuevo doctor.
Cuando la viejita vuelve a su revisión médica el nuevo doctor le pidió que trajera una lista de todas las medicinas que le habían recetado anteriormente. Cuando el joven doctor revisaba la lista, sus ojos casi se le salen de la cara cuando vio que le habían recetado píldoras anticonceptivas.
– Doña Claudia, ¿sabe que estas son píldoras anticonceptivas?
– Sí, me ayudan a dormir por la noche.
– Doña Claudia, no hay absolutamente nada en estas píldoras que le ayuden a dormir.
Entonces la abuelita le dijo:
– Sí, eso ya lo sé, pero todas las mañanas disuelvo una en el zumo de naranja de mi nieta de 16 años y ni se imagina lo bien que duermo todas las noches!