Chiste Piñas de millo con mantequilla

Dos prófugos del bando republicano, buscando refugio en un pueblo, le dice uno a otro:
-¿Sabes que te digo?, Tengo unas ganas de follar impresionante.
-¿Te crees que to no?, responde el otro.
-Creo que en este pueblo, si no recuerdo mal hay una casa de putas ¿Vamos?

Los dos llegan a la casa de citas y les aparece una anciana de unos setenta años, que les pregunta que buscan:
-Señora , ¿es aqui donde las putas?
-¡Si! pero hay un problema, que los nacionales están cerca y las chicas se fueron todas. dice la anciana.
-¿Entonces?. dice uno de ellos.
-Yo misma me ofrezco, para su deleite.
Los dos se miran con cara de asco, pero tanta eran las gnas que entro el primero y a oscuras se desnudaron y la anciana se acusta en la cama.
Tanto asco le produjo al prófugo que no se atrevió y junto a la cama vió una cesta con (piñas de millo-mazorcas de maiz) y sin pensarlo cogió una y se la metió a la vieja. Tanto le gustaba que no paraba de gritar: ¡Sigue! ¡Sigue!
Según le metía una piña la tiraba de la repugnancia que le daba por la ventana, hasta el punto de arrojarse y salió corriendo…
La vieja salió extrañada y le dijo al compañero:
-Y tu amigo?
Contesta él:
Yo que se , me puse a comerme estas piñas con mantequilla y no lo vi salir.

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Comentarios (3)

Tremendo humor, justo lo que necesitaba ahora. Me quedo con la ocurrencia final, es genial. El juego de palabras está finísimo, me ha sorprendido. Humor del bueno, con gracia y sin ofender a nadie.

¡Qué puntazo de chiste! Me ha cambiado el ánimo para bien, gracias. Seguid publicando más, que alegran un montón. Humor del bueno, con gracia y sin ofender a nadie.

De lujo este chiste, muy simpático y fresco. Necesitaba una risa así, gracias por publicarlo. Lo voy a compartir con mis amigos para que se rían también. Humor del bueno, con gracia y sin ofender a nadie.

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