Un preso en una cárcel, donde todo lo que entraba y salia de ella era minuciosamente registrado y leído.
– Un día la esposa de este hombre preso, le envío una carta, la que decía:
– Pepe, necesito que me digas cuando debo escarbar la huerta para sembrar las papas.
– Y el marido le escribe y le contesta:
– María, mi amor, no vayas a escarbar la huerta, porque en ella están enterradas todas las armas que escondí.
– Cuando pasaron tres días, Pepe le vuelve a escribir una carta a su esposa María, en la que le dice:
– Querida, supongo que la policía ya fue a la casa a buscar las armas, y seguro que escarbó toda la huerta…., Pues ahora…, ya puedes sembrar las papas.
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Comentarios (3)
Me ha encantado el giro final, súper ingenioso. Muy ingenioso y bien escrito, ¡enhorabuena! Deberían hacer una serie solo con chistes como este. Me ha levantado el ánimo por completo, gracias.
Qué bien contado está, me ha animado el día. Me ha cambiado el ánimo para bien, gracias. Así da gusto, humor sano y con mucha gracia. ¡Más de estos, por favor! Me alegran el día.
Me he reído muchísimo con este chiste, de verdad. Así da gusto, humor sano y con mucha gracia. Seguid publicando más, que alegran un montón. Humor del bueno, con gracia y sin ofender a nadie.