Chiste La joven caliente

Un joven llevaba a su novia de regreso a casa en un día en que hacía
un frío del diablo, cuando de pronto se les poncha una llanta. El
joven baja de su auto y empieza a cambiarla. Al poco rato sube al auto
y le dice a la novia:
¡Estoy muerto de frío! ¡Ya casi no siento mis manos! Pues mételas
en medio de mis piernas para calentarlas! La muchacha se sube el
vestido y le permite al joven que ponga sus manos entre sus muslos.
Después de un rato el joven dice:
¡Ya! ¡Ya las siento mejor! Déjame terminar de cambiar la llanta.
El joven termina de cambiar la llanta y al entrar de nuevo al auto, la
muchacha le dice con visible ganas: ¡Parece que tus orejas están
también terriblemente frías!

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Comentarios (3)

Me ha encantado el giro final, súper ingenioso. Seguid publicando más, que alegran un montón. Me ha cambiado el ánimo para bien, gracias. Entretenidísimo, me hizo desconectar un rato.

Vaya ocurrencia más buena, me ha sacado una sonrisa enorme. Me quedo con la ocurrencia final, es genial. Deberían hacer una serie solo con chistes como este. Humor del bueno, con gracia y sin ofender a nadie.

Vaya ocurrencia más buena, me ha sacado una sonrisa enorme. Necesitaba una risa así, gracias por publicarlo. El juego de palabras está finísimo, me ha sorprendido. Lo apuntaré para contarlo en la próxima comida familiar.

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