Este es el velatorio de un buen hombre, querido por familia y amigos.
Al pie del féretro su mejor amigo:
– Antonio -buuaaaa- mira que lo decía -buuuaaa- que dejaras el tabaco que te ibas a matar.
Se suena el compadre los mocos, y continúa:
– ¡ Ay si me hubieras escuchado Antonio! -buuuaaa- el tabaco que te iba a matar.
En esto que la viuda se le acerca y le suelta:
– ¡Te quieres callar ya gilipollas!, que le ha atropellado un coche.
Y responde:
-Sí, ¡pero iba a por tabaco!
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Comentarios (3)
Buenísimo, me hizo reír a carcajadas. Así da gusto, humor sano y con mucha gracia. Me ha cambiado el ánimo para bien, gracias. Lo apuntaré para contarlo en la próxima comida familiar.
De lujo este chiste, muy simpático y fresco. Me quedo con la ocurrencia final, es genial. No puedo dejar de sonreír, qué bueno. Me he quedado con una sonrisa tonta, ¡genial!
Me he reído muchísimo con este chiste, de verdad. No puedo dejar de sonreír, qué bueno. No puedo dejar de sonreír, qué bueno. Lo apuntaré para contarlo en la próxima comida familiar.