En la ciudad ha nevado. El niño, junto a la ventana, se ríe estrepitosamente. “Debería darte vergÁ¼enza, le reprende su abuela. “No está bien alegrarse de la nieve mientras uno está bien caliente” “pero es que yo”, justifica el niño, “no me río por eso. Me río de ver los resbalones que da la gente”