El tabaco

Este es el velatorio de un buen hombre, querido por familia y amigos.
Al pie del féretro su mejor amigo:
– Antonio -buuaaaa- mira que lo decía -buuuaaa- que dejaras el tabaco que te ibas a matar.
Se suena el compadre los mocos, y continúa:
– ¡ Ay si me hubieras escuchado Antonio! -buuuaaa- el tabaco que te iba a matar.
En esto que la viuda se le acerca y le suelta:
– ¡Te quieres callar ya gilipollas!, que le ha atropellado un coche.
Y responde:
-Sí, ¡pero iba a por tabaco!

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