En la calle:
– Usted es un tramposo, un idiota, un imbécil…
– ¡Oiga, oiga!, ¿eso son insultos o son bromas?
– ¡Insultos!
– Ah, bueno, es que no agunto las bromas de nadie.
En la calle:
– Usted es un tramposo, un idiota, un imbécil…
– ¡Oiga, oiga!, ¿eso son insultos o son bromas?
– ¡Insultos!
– Ah, bueno, es que no agunto las bromas de nadie.