Caracol-col

Una embarazada tiene un antojo a las 4 de la mañana de caracoles. Su marido se levanta a un bar pero se encuentra a un amigo y se van de juerga. Cuando vuelve a las 8 de la mañana, nervioso, borracho, sin saber que decir, llama al timbre y cuando abre su mujer muy enfadada, éste echa los caracoles al suelo y les dice:
– Vamos vamos chicos, que ya estamos llegando.

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