Donaciones

Están varios ancianos en una celebración. Un tipo se para y empieza a anunciar:

“Cuando me muera quiero donar mis ojos”.

Otro se para y dice:

“Cuando me muera quiero donar mi hígado”.

Todo el mundo empieza a decir lo que van a donar cuando mueran, pero falta un septuagenario. Cuando llega su turno declara:

“Cuando yo me muera voy a donar mi pene.

Y todos los presentes exclaman:

“¡Avemaría, nadie nunca dijo eso! ¡Viva el señor que va a donar su pene!”

Con el fin de felicitarlo, la concurrencia empieza a gritar:

“¡Que se pare, que se pare!”

El viejito, con una sonrisa, asegura:

“Si se para yo no lo dono”.

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